En mis sueños no sos tan cruel.
En mis sueños me escuchás.
En mis sueños me mirás a los ojos.
En mis sueños, amo despertar y lloro al dormir.
En mis sueños, el blanco es negro, y el negro es azul marino.
En mis sueños no hay finales, solo infinitos.
En mi sueño no hay contornos. Todos somos uno.
Pero entonces me acuerdo de que no sé volar, y vuelvo a la realidad, que es tan cruda, tan fría. Que no le importan mis sentimientos, que no va a dudar en lastimarme. Después de todo, ¿qué sabe la realidad de soñar?
¿y vos, vos qué sabés de soñar?
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