Gente

20110511

Cuentos de una persona sin nombre.

   Hay días en los que odio todo. Y a todos. Hay días en los que quiero llorar, pero no me sale. Y hay días en los que tengo tanta pena, tanta, que solo quiero quedarme quieta y pensar. Hay días en los que muero de felicidad, pero nadie está ahí para compartirla conmigo. Soy una sombra en un día oscuro, sin luna. Nadie me ve, nadie me siente. Pero yo veo y siento todo. A nadie le importo, pero a mí me importa. Y me destroza por dentro descubrir lo insignificante que una sombra puede ser. Es que las sombras no hablan; no sufren; no ríen. Pero las personas sí. Y las personas que son sombras hablan, sufren y ríen, solo que nadie lo sabe.

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