De mi niñez guardo muy pocos recuerdos, pero cosas puntuales. Me acuerdo cuando bailaba "Tu veneno" con mi prima en la casa de mis tíos, de unas vacaciones en Comodoro Rivadavia, y de como el conductor de la camioneta en la que íbamos quería robarme mi muñeco de los Bananas en Pijamas. De mi cumpleaños número 6, de un verano en la playa, y creo que eso es todo. Pero de la persona que más me acuerdo es mi hermana.
Es muy probable que le deba mi personalidad. Fue la persona que más tiempo pasó conmigo en mi vida y cada vez que trato de pensar en algún ícono para mí, aparece su cara. Soñaba con ser como mi hermana, la admiraba. Amaba su manera de pensar, su gusto por leer, su humor. Me leía Harry Potter desde los 5 años y aunque no entendía nada y me quedaba dormida, hasta hoy se lo agradezco.
Se equivocó muchas veces, y creo que yo aprendí más de sus errores que ella. Es una mina muy reservada, que no es de contarme sus cosas, ni yo las mías. Por vergüenza supongo. De todas formas, la conozco desde hace 14 años, y sé todo sobre su vida. Siempre supe todo. Le conozco sus gestos lo suficiente como para saber qué es lo que me oculta.
Sí, nos peleamos mucho, nos gritamos, nos tiramos cosas. Piensa que tiene razón en todo. Pero es mi hermana, y la adoro. Es suficiente para mí.
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