¿Cómo hago para enfrentarte y decirte todo lo que me pasa? Estoy perdiendo la cordura de a poco.
No sé si te habrá pasado alguna vez, pero siento como si un hilo invisible me atara a vos, no importa a dónde vayas. Y cada vez que te veo, tengo esas ganas extremas de abrazarte, de tocarte la cara, jugar con tu pelo, escuchar tus problemas.
No me importa lo que quieras de mí; no me importa si es nada, pero tampoco me importaría si quisieras llevarte todo.
Y sabé que no voy a desistir de ganar, así tengamos todos los vientos en contra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario